Sergio Miguel archivos - Espacio Itaca https://espacioitaca.com Centro Sanitario de Psicología Mon, 09 Jul 2018 08:53:13 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.9.2 ¿Cómo dar malas noticias a la población infantil? https://espacioitaca.com/como-dar-malas-noticias-a-la-poblacion-infantil/ https://espacioitaca.com/como-dar-malas-noticias-a-la-poblacion-infantil/#comments Mon, 09 Jul 2018 08:43:25 +0000 http://espacioitaca.com/?p=6283   Dar malas noticias nunca es un proceso fácil. Nos topamos con los miedos, las dudas y la forma en la que pensamos que van a reaccionar las otras personas. Las ganas de proteger y de no hacer daño, nos frenan y hacen que muchas veces retrasemos el momento de dar la información.   Y si con las personas adultas nos cuesta, con la población infantil aún más. ¿Por qué? Querrás saber.   En este artículo pretendo mostrarte qué mitos están establecidos para poder entender así, el porqué de las dificultades que nos encontramos las personas adultas a la hora de dar una mala noticia a las/os niñas/os. Pero para poder quitar los nudos que obstaculizan este proceso, hay que conocer cómo se han hecho y así, poder darte después unas pautas que te ayuden a hacer el proceso un poco más fácil.   ¿Te quedas? ¡Comenzamos entonces!     ¿Con qué topamos cuándo tenemos que informar de algo difícil a un/a infante?   Anti-naturalidad: Sentimos que son demasiado pequeños/as como para conocer el lado malo del mundo, es decir, vemos algo contra natura que una niña o un niño sufra. Queremos protegerlos de las cosas malas, como hicieron nuestras personas adultas de referencia. Deseamos que jueguen, que se diviertan, que no piensen demasiado que “ya les tocará preocuparse cuando sean mayores”.   Vulnerabilidad: Pensamos que no tienen estrategias de afrontamiento, que todavía son demasiado pequeños/as y por tanto, nos preocupa su fragilidad.   Comprensibilidad compleja: Normalmente, las malas noticias suelen estar relacionadas con temas que son difíciles de comprender. Como por ejemplo: la muerte, una enfermedad…   No poder de decisión: Porque las malas noticias no se las damos nunca primero a un/una niño/a. Siempre acudimos a una persona adulta y es ésta la que decide si contárselo o no. Por lo que la población infantil pierde la posibilidad de decidir si lo quiere saber.     ¿Y qué sucede con esto? Que estos aspectos señalados han construido una serie de mitos que dificultan e interfieren con el derecho a la información de las personas, y más en concreto, de la población infantil.   Pero ¿qué mitos son?   Mito 1: “Los/as niños/as no se enteran”   Las personas creemos que no perciben lo que está sucediendo. Y entiendo esa idea pues es cierto que todavía no se lo hemos contado. Pero, aunque no lo sepan, perciben nuestras emociones, nos ven preocupados/as, notan que las cosas han cambiado, que igual hay personas que ya no están o que hay más conflictos en casa. Por tanto, aunque no sepan en concreto qué sucede, perciben los cambios y notan que lo de ahora ya no es como lo de antes. Por lo que evitar contarles la noticia, deja a los/as niños/as en una situación desprotegida y de incertidumbre, que puede generar aún más dificultades de las que genera la noticia ya de por si.     Pero ¿y si no lo entienden?   Mito 2: “Es que no lo van a entender”   Esta es otra de nuestras grandes dudas muchas veces. Nos da miedo que se hagan una idea equivocada o que sea una situación que se les quede grande y no sepan cómo gestionar. Es legítimo y tienes derecho a sentirte así, pero también es cierto que intentando utilizar un lenguaje lo más adaptado posible a su edad, podemos conseguir que lo entiendan.   Por tanto, ¿Qué pautas podemos seguir a la hora de dar malas noticias a la población infantil?       Crea un clima de seguridad y tranquilo para poder hablar de la noticia.   Es importante que no lo haga una persona desconocida. Contigo o con sus personas de confianza se sentirá más seguro/a, por lo que le permitirá expresar las emociones y dudas que le surjan.   Usa un lenguaje adaptado a su edad y aunque sea complejo, no maquilles o evites las palabras difíciles (por ejemplo, muerte, cáncer…) porque conocerlas y que se las podamos explicar bien, te permitirá evitar que se generen mitos o ideas equivocadas sobre dichos términos. Recuerda que evitar nombrar lo temido, sólo incrementa el temor de lo nombrado. Cuando descubra la noticia, permítele un tiempo. Igual no reacciona de primeras o se encuentra con emociones como la tristeza, el enfado o la rabia entre otras muchas posibles.   Valida sus reacciones, se sentirá comprendido/a y eso le ayudará mucho.   Una vez hayan pasado las primeras reacciones, pídele que te explique que ha entendido. Esto nos va a permitir  poder detectar si ha habido alguna idea que no ha entendido bien o sobre la que igual pueda sentir culpa, por ejemplo. Así podemos volver a explicar alguna parte para que todo quede más claro.   Permítele preguntar todas sus dudas. Igual no todas tienen respuesta o no las sabemos y eso podemos expresárselo. Es cierto que, a veces, no todo tiene una explicación.   Podéis hablar de cómo os encontráis con la noticia con cierta frecuencia. Expresar vuestras emociones, afianzará vuestra relación y vínculo.   Visitad a un/una profesional si veis que con el tiempo es una noticia que todavía os interfiere en vuestro día a día y en el de la niña o el niño.   Espero que estas pautas puedan ayudaros y si ayuda en el proceso, desde Espacio Ítaca contamos con un equipo inter y multidisciplinar con el que podemos ayudaros.   ¡Gracias!   Artículo escrito por Sergio Miguel Bellosta, psicólogo colegiado nº A-2815    

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Dar malas noticias nunca es un proceso fácil.

Nos topamos con los miedos, las dudas y la forma en la que pensamos que van a reaccionar las otras personas. Las ganas de proteger y de no hacer daño, nos frenan y hacen que muchas veces retrasemos el momento de dar la información.

 

Y si con las personas adultas nos cuesta, con la población infantil aún más.

¿Por qué? Querrás saber.

 

En este artículo pretendo mostrarte qué mitos están establecidos para poder entender así, el porqué de las dificultades que nos encontramos las personas adultas a la hora de dar una mala noticia a las/os niñas/os.

Pero para poder quitar los nudos que obstaculizan este proceso, hay que conocer cómo se han hecho y así, poder darte después unas pautas que te ayuden a hacer el proceso un poco más fácil.

 

¿Te quedas?

¡Comenzamos entonces!

 

Una imagen de una vía de tren y la palabra START

 

¿Con qué topamos cuándo tenemos que informar de algo difícil a un/a infante?

 

  • Anti-naturalidad: Sentimos que son demasiado pequeños/as como para conocer el lado malo del mundo, es decir, vemos algo contra natura que una niña o un niño sufra. Queremos protegerlos de las cosas malas, como hicieron nuestras personas adultas de referencia. Deseamos que jueguen, que se diviertan, que no piensen demasiado que “ya les tocará preocuparse cuando sean mayores”.

 

  • Vulnerabilidad: Pensamos que no tienen estrategias de afrontamiento, que todavía son demasiado pequeños/as y por tanto, nos preocupa su fragilidad.

 

  • Comprensibilidad compleja: Normalmente, las malas noticias suelen estar relacionadas con temas que son difíciles de comprender. Como por ejemplo: la muerte, una enfermedad…

 

  • No poder de decisión: Porque las malas noticias no se las damos nunca primero a un/una niño/a. Siempre acudimos a una persona adulta y es ésta la que decide si contárselo o no. Por lo que la población infantil pierde la posibilidad de decidir si lo quiere saber.

 

Un niño caminando por la orilla de la playa

 

¿Y qué sucede con esto?

Que estos aspectos señalados han construido una serie de mitos que dificultan e interfieren con el derecho a la información de las personas, y más en concreto, de la población infantil.

 

Pero ¿qué mitos son?

 

Mito 1: “Los/as niños/as no se enteran”

 

Las personas creemos que no perciben lo que está sucediendo. Y entiendo esa idea pues es cierto que todavía no se lo hemos contado. Pero, aunque no lo sepan, perciben nuestras emociones, nos ven preocupados/as, notan que las cosas han cambiado, que igual hay personas que ya no están o que hay más conflictos en casa.

Por tanto, aunque no sepan en concreto qué sucede, perciben los cambios y notan que lo de ahora ya no es como lo de antes. Por lo que evitar contarles la noticia, deja a los/as niños/as en una situación desprotegida y de incertidumbre, que puede generar aún más dificultades de las que genera la noticia ya de por si.

 

Una niña pensativa

 

Pero ¿y si no lo entienden?

 

Mito 2: “Es que no lo van a entender”

 

Esta es otra de nuestras grandes dudas muchas veces. Nos da miedo que se hagan una idea equivocada o que sea una situación que se les quede grande y no sepan cómo gestionar. Es legítimo y tienes derecho a sentirte así, pero también es cierto que intentando utilizar un lenguaje lo más adaptado posible a su edad, podemos conseguir que lo entiendan.

 

Por tanto, ¿Qué pautas podemos seguir a la hora de dar malas noticias a la población infantil?

 

 

Texto ¿Qué puedo hacer?

 

  • Crea un clima de seguridad y tranquilo para poder hablar de la noticia.

 

  • Es importante que no lo haga una persona desconocida. Contigo o con sus personas de confianza se sentirá más seguro/a, por lo que le permitirá expresar las emociones y dudas que le surjan.

 

  • Usa un lenguaje adaptado a su edad y aunque sea complejo, no maquilles o evites las palabras difíciles (por ejemplo, muerte, cáncer…) porque conocerlas y que se las podamos explicar bien, te permitirá evitar que se generen mitos o ideas equivocadas sobre dichos términos. Recuerda que evitar nombrar lo temido, sólo incrementa el temor de lo nombrado.

  • Cuando descubra la noticia, permítele un tiempo. Igual no reacciona de primeras o se encuentra con emociones como la tristeza, el enfado o la rabia entre otras muchas posibles.

 

  • Valida sus reacciones, se sentirá comprendido/a y eso le ayudará mucho.

 

  • Una vez hayan pasado las primeras reacciones, pídele que te explique que ha entendido. Esto nos va a permitir  poder detectar si ha habido alguna idea que no ha entendido bien o sobre la que igual pueda sentir culpa, por ejemplo. Así podemos volver a explicar alguna parte para que todo quede más claro.

 

  • Permítele preguntar todas sus dudas. Igual no todas tienen respuesta o no las sabemos y eso podemos expresárselo. Es cierto que, a veces, no todo tiene una explicación.

 

  • Podéis hablar de cómo os encontráis con la noticia con cierta frecuencia. Expresar vuestras emociones, afianzará vuestra relación y vínculo.

 

  • Visitad a un/una profesional si veis que con el tiempo es una noticia que todavía os interfiere en vuestro día a día y en el de la niña o el niño.

imagen colorida con el texto you can do it

 

Espero que estas pautas puedan ayudaros y si ayuda en el proceso, desde Espacio Ítaca contamos con un equipo inter y multidisciplinar con el que podemos ayudaros.

 

¡Gracias!

 

Artículo escrito por Sergio Miguel Bellosta, psicólogo colegiado nº A-2815

 

 

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