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16
OCT
2019

El poder en las relaciones humanas.

Mientras estoy modo dominguero y me pongo una mascarilla en la cara de limón y jengibre pienso en mis relaciones y en qué cosas hay en ellas. Que si ocio, conversaciones, planes, risas, lloros y muchas pipas al sol.

Pero en domingo me vienen cosas que estudio los Lunes sobre las relaciones humanas, y la cosa aumenta: que si intereses, afectos, miedos, enfados, alegrías, complementariedad, simetría…demasiados tecnicismos.

 

 

 

 

Pablo Población, hizo que redescubriera otra capa fina pero muy pegadita a la piel sobre las relaciones de poder.

Y es que las relaciones humanas, tienen muchas normas en las que entra el juego el “poder”, como algo que se “posee” o se “desposee”. Mientras unto en mi cara el ungüento pastoso me da para pensar en las altas esferas y en mi mente hablo sola:

«…el poder está colocado en los aparatos del Estado con una gran trama compleja. Dominan la vida, las relaciones mínimas, las locales de la vida cotidiana y las que permiten el funcionamiento de los poderes macrosociales…»

En mi opinión, se terminan problematizando instituciones, se crean estereotipos y formas de pensar, hacer y sentir de las personas y la misma construcción de la subjetividad y de las formas de saber y verdades instituidas y pensadas como inmutables (la unidimensionalización de la mujer como madre o heterocisnormatividad, como ejemplos del momento sociohistórico actual).

 

 

Dicho con otras palabras, estamos toda la peña «alimonizada» (de limón, de poder).

Son una acumulación de conductas, actitudes  y sentimientos provocados por el deseo o la presencia de poder. La soberbia, el narcisismo y el orgullo tienen mucho que ver, y todas las personas, en mayor o menor medida, tenemos estas características en nuestra personalidad.

 

Me gusta definir porque ayuda a centrarnos. Hoy me pongo esta mascarilla porque necesito dar vida a mi cara, pues lo mismo con la definición de «poder» y yo lo con sinónimos ya que se acercan a los términos.

Por ello, pongo una lista de las palabras que para mí, tras seguir a Pablo Población, se acercan a lo que yo entiendo por RELACIONES DE PODER:

  • Aptitud

  • Capacidad

  • Autoridad

  • Eficacia

  • Eficiencia

  • Ciencia

  • Influencia

  • Fluir

  • Fuerza

  • Coacción

 

También incluyo otra lista de sinónimos de todas aquellas acciones que tienen que ver con las relaciones de poder:

  • Mandar

  • Disponer

  • Ordenar

  • Intimar

  • Imponer

 

Las cuales tienen respuesta con:

  • Obedecer

  • Someterse

 

A este cóctel, le sumamos el deseo de poder: la ambición. Y las sensaciones consecuentes:

  • Satisfacción

  • Orgullo

  • Prepotencia

  • Soberbia

 

Y si hablamos de, desmesura de poder: tiranía, altanería y arrogancia podrían ser palabras que nos ayuden a comprenderlo.

¿Qué es lo que sujeta todo esto?:

  • El respeto

  • La reverencia

  • La sumisión

  • La rebeldía

  • El miedo

  • La envidia

  • La resignación

 

Como Harris, M. (1900) dice: “como en la naturaleza, el poder en los asuntos humanos consiste en la capacidad de controlar la energía”. “El poder es el control sobre la gente y la naturaleza”.

 

Siguiendo con las capas y el poder, me gustaría destacar un término con el que guarda una estrecha relación: La autoridad y la jerarquía.

 

 

En las relaciones humanas y tal y como está el panorama social, nos guste o no, la jerarquía es marcada por el propio orden en el que se nace, por pura supervivencia humana. El nivel materno y/o paterno está por encima del nivel de “crías indefensas”. Pero en cualquiera de estos niveles jerárquicos se cuela el “poder” como ejercicio de una autoridad abusiva pasando de situaciones de jerarquía de autoridad democrática a situaciones dictatoriales, de dominio, de fuerza, de tener a la otra persona vencida y dominada bajo el mando. La cosa cambia bastante, pasamos de hablar de supervivencia y protección (algo socio- biológicamente conveniente) a autoridad abusiva.

 

Para continuar con esa diferencia entre “poder y autoridad”, hay que hablar de sus consecuencias: dolor y/o daño. ¿Qué palabras acompañan a éstas?:

  • Perjuicio

  • Detrimento

  • Mal

  • Nocividad

  • Destrucción

  • Sin valor positivo

  • Aflicción

  • Congoja

 

Desde su “Antropología cultural” (1900), Marvin Harris decía:

“Los niños son objeto de malos tratos y explotación por su propio bien” para comentar que “esto es lo que cualquier tipo de grupo dominante dice siempre a los grupos subordinados bajo su control”.

 

Al margen, de que esta idea es tremendamente potente, me gustaría abrir otro interrogante: ¿lo grupos subordinados ejercen poder? La respuesta es: ¡SÍ!

Pienso que en nuestra sociedad no somos (ni queremos serlo) conscientes del gran poder de los grupos subordinados. Sólo con el hecho de reconocerlo, ya parece que perdería valor, etiqueta, sentido, comprensión como grupo subordinado. El feminismo, tiene un gran poder, les guste o no les guste.

Se trata de una relación causal: “A es causa de la conducta de B” Quién es “A” y quién es “B” es a veces complejo de determinar, y sobretodo localizar dónde empieza el enganche entre A y B.

Simplemente, quiero que pienses, ahora, en qué le pasa a “A” y qué le pasa a “B” para que tengan rol fuerte y rol débil. Y no me refiero sólo a relaciones de pareja, amigos y amigas, hermanos y hermanas, padre e hija, vecinos/as. Porque esto daría para otro artículo.

 

Me refiero a la relación que tú estableces con tu localidad, sociedad, comunidad y estado. Me refiero a ti, al limón que nos ponemos en la cara.

A todo lo que vives rodeado/a de múltiples construcciones ideológicas, físicas, sistémicas… En ambos casos, entre tú y “eso” (una persona, un barrio, tu país…) hay algo muy determinado: el miedo. El miedo a perder el territorio ajeno (la figura que ostenta el control) y miedo a ganar un territorio propio (la figura que sufre el control).

 

 

También me gustaría que pensaras en el ejercicio de la violencia cotidiana desde una actitud de Imposición Autoritaria. Son relaciones que se mueven en campos de batalla gigantes. Son aquellas relaciones llenas de actitudes paternalistas que enmascaran el autoritarismo. Desde la imposibilidad de aceptar la existencia de otros intereses y proyectos.

Y con autoritarismo también me viene a la mente «el liderazgo». Podríamos analizar también esta capa del poder, a través del chantaje emocional o desde el análisis de situaciones de coacción.  Pero sólo quiero señalar dos últimas ideas que resumen el objetivo de mi artículo:

  • El poder de arriba o el poder fuerte.

  • El poder de abajo o el poder débil.

 

Parece que le tenemos pillado el truco al fuerte, sabemos de qué palo va y qué pintas trae. A nivel empresarial y equipos de trabajo, Espacio Ítaca profundizará a través de una performance e intervención reflexiva en el próximo evento gratuito del día 30 de Octubre de 2019 «Del tajo a la replaceta».

Un evento donde el liderazgo real cobra sentido. Un encuentro con herramientas, técnicas y una visión que aporte sentido a tu forma de liderar. Por eso, en este artículo no profundizo en el liderazgo, porque para eso tienes que ir al evento, pincha aquí mismo y apúntate.

 

Cómo decía, el poder fuerte, es el dominante frente al débil. Para que exista el fuerte, debe haber un “rol débil”:

  • El débil

  • El de abajo

  • La víctima

  • El doliente

  • El sufridor

  • El enfermo

 

El poder es como este limón que me he puesto en la cara para activarla. Otras personas se ponen pepino, hierba buena, café, chocolate…Pero está claro que al chocolate no le pega todo, ni al limón. Algunos productos cuadran más con unos que con otros. Con el poder pasa lo mismo. Si acudimos a la física, nos ayudará a entender, que el poder se divide en dos elementos que ejercen fuerza y de esa fuerza, nace una acción.

Es tan fuerte éste poder, el poder de abajo, como el poder de arriba. Esto me recuerda también al «tiro de soga» , un juego tradicional aragonés en el que dos equipos se ponen a los extremos de una cuerda y empiezan a tirar. Gana, quien logre quedarse con la soga (la cuerda).

 

El poder débil no existe sin el poder fuerte. El poder fuerte no existe sin el poder débil.  Se produce un juego circular de poder. Se suele apreciar en las relaciones diádicas, de dos personas, pero aparece en todos nuestros sistemas, el individual, de pareja, familiar, social, estructural, político…etc.

 

Quiero que seas consciente de tú estás en medio de muchos juegos de poder y que tienes que observar en cuál y para qué.

 

Por ello, en esta sociedad machista y heterocispatriarcal, cambiar los roles de poder entre el binarismo hombre-mujer, supone que el poder fuerte (hombre), pierda privilegios por estar ahí arriba. De ahí, que alcanzar la igualdad sea un gran trabajo de conciencia social universal, de saber qué rol o poder he tomado como hombre y qué responsabilidad tengo.

Se necesita por tanto hablar de «equidad» para que los poderes subordinados puedan alcanzar los poderes más altos y así aproximarnos a una sociedad equitativa.

 

El movimiento feminista actual, tras esta lucha de poderes, es un éxito en sí mismo.

 

El poder fuerte, el machista, tiene miedo a perder privilegios. Es de admirar, que el feminismo exista. Es de admirar el gran poder que tiene viniendo de un poder llamado el «fuerte». Es increíble que a lo largo de la historia de poderes estatales, sociales y afectivos, el feminismo viva y proyecte cada día más.

Porque el feminismo, aún con miedo a ganar un territorio propio (porque es desconocido), sigue luchando por acabar con los asesinatos de violencia machista. Porque ya sabemos cuál es la trampa de las relaciones de poder.

El feminismo, cuánto más miedo tiene más poder tiene el «poder fuerte». Por eso, se habla del miedo. Por eso se habla de «hacerlo con miedo». Porque quizá sin el, no podríamos hacerlo. No hubiéramos sobrevivido como mujeres. Lucharemos con miedo para acabar con el miedo. Lucharemos para acabar con este sistema de poderes que termina matando mujeres.

 

Y hasta aquí por hoy, que me quiero quitar la mascarilla que parece que se ha quedado uniforme.

 

Si necesitas ayuda con algunos de estos aspectos, puedes consultar a nuestro servicio terapéutico en info@espacioitaca.com o al 655 687 900. Conoce nuestro servicio pinchando aquí

 

Artículo redactado por Nuria Embid Marco, nº de colegiada 2600, en octubre de 2019

 

 

 

 

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