La inmediatez: el resfriado mental de nuestra actual sociedad
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El estrés, las prisas, lo inmediato, la rapidez… es la enfermedad que enfrentamos en la actualidad muchas personas. Confundimos lo urgente con lo importante y nos aferramos a ideas, creencias, valores y necesidades que tienen que ser cumplidas, ¡ya!
Acogemos consultas y solicitudes de ayuda de muchas personas y familias que buscan en nuestros equipos profesionales soluciones urgentes e inmediatas. Incluso nosotras mismas cuando queremos ir a otro espacio, la velocidad de nuestra demanda lucha contra la oferta haciendo que queramos ser atendidas cuanto antes.
Publicamos este artículo con la intención de ayudar a las personas y las familias que bien acuden por cuestiones humanas a nuestro Centro Sanitario de Psicología y Trabajo Social Espacio Ítaca, o por cuestiones relacionadas con sus animales a Mr. Hueso, Consultor animal, o a cualquier otro servicio relacionado con el ámbito del bienestar emocional humano o animal.
Nuestra primera y principal labor (la cual ya es muy compleja) es entender y discernir, sabiendo que en los procesos psicosociales y educativos humanos y animales estamos ante un proceso.
Los procesos no son progresos, y precisan de aceptación y compromiso.
Lo cual, sólo de escucharlo da pereza, pero es cierto. Los procesos de tipo emocional precisan ser integrados desde una consciencia de que para poder ser llevados a cabo necesitan tiempo.
Y aquí está el gran problema, porque en la actualidad, todas las personas estamos en compra y captura de tiempo.
Y esa falta de tiempo, unida a la necesidad de ser personas productivas , rápidas, eficaces, eficientes, etc. nos lleva a estados emocionales de crispación, irritabilidad, enfado, frustración y con ello las prisas:
“Como no cambie su actitud inmediatamente le internamos en un colegio, no le soportamos más”
“No aguantamos más la situación, o lo resuelves en 15 días o lo devolvemos a la protectora”
“En un mes acaba el curso, o aprueba todo o se va a quedar encerrada todo el verano sin salir de casa”
“Le queremos mucho, pero si el día que vengas no deja de ladrar a otros perros le pondremos un collar de descargas”
Y como dice el refranero popular: “las prisas nunca fueron buenas”
Una de las principales tareas es tratar de entender de dónde vienen los problemas cognitivos, emocionales, conductuales o de convivencia
Nunca son por un único desencadenante, sino que surgen a raíz de una suma de factores que han llevado a esa persona o a ese animal a una situación de bloqueo al superarse su capacidad para gestionar el problema.
Por lo tanto tampoco surgen de forma espontánea, sino que a lo largo de un periodo de tiempo la situación comenzó a desestabilizarse y no se atendió en su inicio, muchas veces porque incluso pasó desapercibido.
En nuestro equipo siempre realizamos un amplio estudio inicial del caso, ya sea en el ámbito humano o en el animal, para detectar aquellos factores y causas que han alimentado la situación actual, y muchas veces nos remontamos meses y años atrás, para conocer todos los nudos que se han ido produciendo en el bienestar emocional de esa persona o animal.
Nudos que habrá que deshacer o integrar que están ahí, provocados por diversas razones, algunas relacionadas con la salud o la biología de la persona o animal en cuestión, otras por decisiones y otras por el entorno.
¿Sirve de algo culparnos o culpar a la persona o a ese animal de la situación actual?
No. La culpa es una gran lupa, que mira hasta el mínimo detalle haciéndolo grande e incluso a veces, distorsionándolo. Debemos acogernos a la responsabilidad.
Además en personas menores de edad y animales, no son responsables de sus comportamientos, ya que estos han sido adquiridos por refuerzos ambientales o por otras personas. Pensar que “lo están haciendo a propósito” carece de un sentido biológico inclusive, ya que no tienen conformado el área de la corteza frontal, la cual se encarga de esa ejecución, toma de decisión desde un raciocinio profundo. No podemos culparles.
¿Sirve de algo culpar de todo al colegio, a los/as vecinos/as, a otros/as perros/as, a otros/as niños/as… de la situación actual?
Pues nuevamente tampoco, porque de nuevo estaríamos eliminando la posibilidad de conocer dónde nos equivocamos o pudimos actuar de mejor forma y resolverlo para mejorar el presente y el futuro de esa persona o ese animal. Pero sí debemos entender que formamos un sistema, y que aunque creamos que hay una persona o animal que es el/la paciente identificado/a, la persona que tiene el síntoma, puede que todo su sistema esté contagiado, como muchas veces nos cuenta nuestra compañera trabajadora social, Nuria Embid.
Un claro ejemplo en el caso de los animales es la llegada de fechas puntuales en las que sabemos que habrá alguien que tire petardos,
Esa situación siempre provoca malestar en las personas que entendemos que muchos animales y personas lo pasan muy mal ante estas situaciones, por su hipersensibilidad. Lo negativo por otro lado, es que es muy complejo que se prohíba ese tipo de festejos y es aquí donde podemos trabajar desde una integración:
Podemos trabajar la ayuda a la gestión de los ruidos, olores y luces que producen los petardos durante todo el año para que cuando esa situación llegue cada año condicione menos el bienestar del animal.
Igual que ese ejemplo podríamos poner otros muchos de situaciones previsibles como la llegada de los exámenes, la vuelta de las vacaciones y por lo tanto al colegio o al trabajo, la llegada de un hermano/a a la familia…
Por lo tanto, los procesos de bienestar deben trabajarse si se puede desde una prevención y de educación, en vez de servicios de urgencia, de inmediatez, de rapidez, cuando el problema ya está presente.
Desde la psicología, el trabajo social o la consultoría y educación animal que ofrecemos desde nuestras marcas Espacio Ítaca y Mr. Hueso ofrecemos multitud de proyectos y formaciones para que las personas entiendan mejor a sus hijos/as y/o a sus animales, para que puedan día a día actuar de forma que eviten los problemas afrontando las dificultades que la sociedad, el entorno, otras personas, otros animales y sus propios cambios durante su desarrollo les van a acompañar durante su vida.
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Para personas adultas:
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Para población infanto-juvenil:
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Para población con diversidad funcional:
La prevención y no la urgencia requiere menos esfuerzos, menos disgustos, menos dinero y muchas más satisfacciones y felicidad para toda la familia.
Si tras leer este artículo consideras que debías habernos pedido ayuda antes, tranquilo/a, te ayudaremos no solamente a atender la situación actual y encontrar la forma de ayudaros con lo que ahora os acontece, sino que os facilitaremos que a partir de hoy podáis actuar para prevenir futuras dificultades.
Unos últimos consejos:
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Te encontrarás a muchas personas que te dirán esto se hace así o asá, esto lo haces mal y yo lo haría así porque a mí me funcionó… Te animamos a acudir siempre a profesionales que antes de darte un consejo te pregunten muchas cosas, porque para resolver algo siempre hay que saber cómo es el nudo, es decir qué causa ese nudo y así poder deshacerlo.
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No tengas miedo o vergüenza a pedir ayuda, ningún/a profesional juzgará tus posibles errores, sino que los detectará, explicándotelos y ayudándote a evitarlos en el presente y en el futuro.
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Desde el primer momento que tu familiar o animal no es feliz, detectas problemas en su conducta o vuestra relación está empeorando, actúa y pide ayuda, todos los grandes problemas comienzan siendo muy pequeños y fáciles y rápidos de resolver.
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Nunca es tarde para pedir ayuda, para aprender, para mejorar y para ser más feliz, así que estés en el punto en el que estés, si tu quieres te ayudaremos.
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Es muy importante tu adhesión al tratamiento, que confíes en nuestro equipo, al que podrás consultar tus dudas y te explicará el por qué de sus preguntas o de sus recomendaciones. Sin tu implicación es muy posible que nuestro trabajo no consiga los beneficios que tu hijo/a o tu animal o tu mismo/a podéis lograr si formas parte activa del proceso y cambias tu para que puedan cambiar ellos/as y tú.
Artículo redactado por Raúl Hueso Miguel, Consultor animal de Mr. Hueso, y Sandra Sánchez Muñoz, psicóloga sanitaria A-1951 y gerente de Espacio Ítaca, Centro Sanitario de Psicología y Trabajo Social, en abril de 2019