Espacio Itaca logotipo, ir al inicio
24
MAR
2017

La importancia de la comunicación

 

Toda comunicación es interacción, y por tanto, relación.

Resolviendo el eterno debate sobre la importancia (o no) del uso de unas palabras u otras.

Contemplando la conexión entre lo que digo, cómo lo digo, y a quién se lo digo.

Atención a las siguientes frases:

      • “Su habitación está hecha un desastre, y ya no sé ni cómo decírselo”
      • “¿Pero cómo me va a llamar a mi “guapo” otro tío?  ¿Esa es la igualdad que quieres? Eso es hilar muy fino, eres una feminista radical”.
      • “Qué importa si dices “minusválido”, lo importante es la intención con que se dice, si es buena ¿Qué más da?”

 

Podríamos poner más y más frases, y sin embargo elegimos estas tres para poder captar tu atención. Son frases llenas de juicios estereotipados con ideologías muy marcadas, claramente. Sin embargo, este no es el tema. Ahora te explicaré qué haremos.

Antes, he de confesar que este artículo iba enfocado a que uses una terminología adecuada en un contexto determinado. Iba a proponer y argumentar la importancia de usar la palabra “Diversidad Funcional”, en lugar de “Discapacidad”.

Pero, en Espacio Ítaca vamos más allá. Y aquí hice un CLICK! ¡Nosotros solemos ir a la raíz del asunto! No queremos que únicamente aprendas el correcto uso de una palabra concreta en un ámbito concreto, sino lo que hay detrás de todo ello.

En este artículo, proponemos ir más allá. Descubrir partes de tu propia comunicación para que así ¡ Puedas aplicarlo en todo ¡

Vas a aprender lo más importante: de qué manera pueden condicionar las palabras que utilizas en tus relaciones sociales, afectivas, personales… como tú quieras llamarlo.

¿EMPEZAMOS?

Nos vamos a meter en harina y agua sin miedo a que se nos pegue. Y por supuesto, despacito y con buena letra. Así que simplemente, dedícate a leer, conecta con tus experiencias si así te surge y disfruta.

¿Por dónde empezamos? Indudablemente por conocer los 5 axiomas de la Teoría de la Comunicación Humana de Paul Watzlawick.

Y empezamos a ver dos en uno:

PRIMER AXIOMA: “Es imposible no comunicar”

SEGUNDO AXIOMA: La comunicación humana implica dos modalidades: la digital (verbal) y la analógica (no verbal).

El primero y más sencillo de todos es: “Es imposible no comunicar”.  ¡ Aha ! No creo que te suene a chino, pero presta atención: Todo comportamiento es una forma de comunicación. Como no existe forma contraria al comportamiento («no comportamiento» o «anticomportamiento»), tampoco existe la «no comunicación». ¿Fácil no? Aunque no pronunciemos palabra, con nuestro cuerpo, silencio y presencia, estamos lanzando un mensaje (con el contenido que sea). Nos estamos comportando de un modo.

Aquí podríamos nombrar perfectamente al segundo axioma de la comunicación: La comunicación humana implica dos modalidades: la digital (verbal) y la analógica (no verbal): la comunicación no implica simplemente las palabras habladas (comunicación digital: lo que se dice); también es importante la comunicación no verbal (o comunicación analógica: cómo se dice), lo que se refleja en la corporalidad que utilizo al momento de comunicarme, las señas que hago (guiñar un ojo, sacar la lengua, poner caras, suspirar, toser, levantar los brazos, cruzar las piernas, mirada desafiante).

Y aquí es donde podríamos enlazar la comunicación humana con la comunicación animal. En Espacio Ítaca insistimos en la importancia de la comunicación de los animales, entenderla y respetarla. No paran de mandarnos señales de cómo están, qué les da miedo, con qué están a gusto o incómodos, y un largo etcétera que si conoces todas sus “Señales de Calma” (de Turid Rugaas), nos ayuda a relacionarnos adecuadamente con ellos.

Bien, después de este paréntesis, continuemos con la comunicación humana:

Si no queda claro, no te apures, con el siguiente ejemplo lo concluyes:

1. 

–          Padre: ¿Me quieres escuchar?

–          Hijo: … (No habla, y sigue mirando la pantalla de su móvil).

2.

–          Padre: ¿Me quieres escuchar?

–          Hijo: … (No habla y le mira)

 

*Tanto en el padre como en el hijo, en ambos ejemplos, hay comunicación constantemente.

 

TERCER AXIOMA …

¿Por qué se están comunicando aún sin hablar –  interaccionar? Aquí llega el tercer axioma, mi favorito. El que empieza a explicar el motivo de este artículo. La fundamentación de la que parto y que me ha dado muchos quebraderos de cabeza; y que por supuesto pasa a ser la base que recomiendo para construir relaciones.

Watzlawick: “Toda comunicación tiene un nivel de contenido y un nivel de relación, de tal manera que el último clasifica al primero, y es por tanto, una metacomunicación”.

Si te has quedado igual, es normal. Vayamos por partes:

–          ¿Es lo mismo decirle “qué guapa estás” a tu madre que a la chica que te gusta?

–          ¿Es lo mismo decirle “buenos días” a tu vecino que a tu ex pareja, a la que te encuentras de sorpresa después de vuestra ruptura… hace 5 años?

Aquí lo vemos con claridad: El nivel de contenido es “Qué guapa estás”/ ”buenos días” y el nivel de relación es el tipo de vínculo/relación que tenemos con la persona con la que nos comunicamos (madre, vecino, compañera de trabajo, amigo…etc.).

Y por supuesto, que el nivel de relación va a determinar la intencionalidad de nuestras palabras, en definitiva: qué significado cobran para mí las palabras que uso, y qué significado cobran las palabras que uso en los demás.  No es lo mismo lo que espero de mi madre cuando yo le diga que está muy guapa, a lo que espero de la chica que me gusta cuando yo le diga que está muy guapa.

Pero aún hay más con respecto a este tercer axioma. Y lo vamos a entender con otro ejemplo:

El comunicador dice: “Cuídate mucho”.

El nivel de contenido en este caso podría ser evitar que pase algo malo y el nivel de relación sería de “amistad- paternalista”.

¿Y qué pasa si te lo dice tu pareja? Que podríamos construir una relación paternalista que quizá no corresponda a nuestro tipo de relación.

¡TACHÁAN! ¿Veis cómo las palabras que utilizamos construyen relaciones?

¿Veis como su uso no es tan arbitrario como aparenta?

Es en este axioma donde podemos comprender que con el uso de nuestra comunicación  establecemos relaciones de muchos colores y tipos. De igualdad, de superioridad, de inferioridad, paternalistas, protectoras, infantilizantes… y un largo etcétera.

¿Comprendéis cómo puede ser inapropiado decir un piropo a una mujer a la que no conocemos? ¿Veis cuánta importancia tiene que me llamen minusválida en lugar de “persona con diversidad funcional”? Si me dicen minusválida, están partiendo de la idea de que soy “menos válida”, ¿Cómo vamos a construir una relación desde ese punto de partida?

Y podría rellenar páginas y páginas con ejemplos para entender el contraste que supone utilizar determinadas expresiones, palabras, comportamientos… en unas relaciones u otras.

Voy a poner, a continuación, un ejemplo personal. Esto me ocurrió a mí en una etapa de mi vida,

Comunicador: le saca la lengua a su receptor en tono divertido y de burla. (Mi primo me saca la lengua a mí en torno “divertido” y de “burla”)

¿Quién es el emisor? Un adulto de unos 30 años aproximadamente.
¿Quién es el receptor? ¿Una niña o niño? NO. Una adulta de unos 22 años aproximadamente con diversidad funcional física.
¿Vínculo? Primos que se encuentran una vez al año y no tienen relación afectiva.

Y justo a tiempo llega el CUARTO AXIOMA …

Este emisor lo hace siempre cuando se ven.  Su actitud infantilizadora hacía que él se colocara por “encima de” tanto en cuanto no era apropiado por edades. Aquí podríamos llegar al cuarto axioma:

Los intercambios comunicacionales pueden ser tanto simétricos como complementarios.

¿Qué quiere decir?

Si la relación de las personas comunicantes está basada en intercambios igualitarios, es decir, tienden a igualar su conducta recíproca (p. ej.: el grupo A critica fuertemente al grupo B, el grupo B critica fuertemente al grupo A), se puede apreciar una relación simétrica.

En cambio, si está basada en intercambios aditivos, es decir, donde uno y otro se complementan, produciendo un acoplamiento recíproco de la relación (p. ej.: A se comporta de manera dominante, B se atiene a este comportamiento), generando la producción de una relación complementaria.

Por lo tanto, una relación complementaria es la que presenta un tipo de autoridad (padre-hijo, profesor-alumno) y la simétrica es la que se presenta en seres de iguales condiciones (hermanos, amigos, amantes, etc.)

¿Qué tipo de relación construía el emisor con respecto a la receptora?

¿Y si está chica responde enfadada? Los comentarios quizá podrían ser: “vaya genio, ¿No ves que lo hace con buena intención?, él es buena persona”.

Desde luego que saber la intención exacta del emisor en este ejemplo es algo que escapa de nuestro conocimiento, al igual que “su bondad” (la cual no se pretende cuestionar)…pero algo a señalar y basándonos en nuestro colega Watzlawick, es el nivel de contenido y el nivel de relación.

Tal contenido construía una relación,  ¿Qué tipo de relación? ¿Se puede construir un tipo de relación adulta, partiendo del comportamiento del emisor, siendo dos adultos? ¿Es posible una relación de adultos cuando uno de ellos le saca la lengua al otro como si tuviera enfrente a un bebé?

Si volvemos al primer axioma, es imposible no comunicar. Estamos constantemente lanzando un mensaje. ¿Cuál era el suyo? ¿Es lo mismo pedir permiso a tu padre para viajar cuando tienes 16 años que 35? ¿Es la misma relación? ¿Usamos los mismos patrones?

¡ REAJUSTEMOS NUESTRAS FORMAS DE COMUNICARNOS, SOMOS SERES EN CONSTANTE CRECIMIENTO ! ¡ ACTUALÍZATE !

Pero ojo, no convirtamos a la emisora del anterior ejemplo en víctima y al otro en verdugo. ¿De qué manera los podemos reajustar?

ÚLTIMO AXIOMA…

Atendiendo a nuestra comunicación. ¿Cómo? hablemos entonces de causa-efecto, como dice Watzlawick, el último axioma de su gran teoría de la comunicación humana es:

La naturaleza de una relación depende de la gradación que los participantes hagan de las secuencias comunicacionales entre ellos.

Quizá complejo de entender, sigue leyendo: Tanto el emisor como el receptor de la comunicación estructuran el flujo de la comunicación de diferente forma y, así, interpretan su propio comportamiento como mera reacción ante el otro. Es decir:

Cada uno cree que la conducta del otro es «la» causa de su propia conducta, cuando lo cierto es que la comunicación humana no puede reducirse a un sencillo juego de causa-efecto, sino que es un proceso cíclico, en el que cada parte contribuye a la continuidad (o ampliación, o modulación) del intercambio.

Si acudimos al ejemplo anterior, podríamos afirmar que tanto el emisor como la receptora del mensaje piensan que “el otro hace que yo me comporte así”.

Si acudiéramos a analizar bien la interacción entre ambos, se pueden encontrar muchas opciones y la principal es que en este caso, la receptora probablemente modulase el proceso cíclico que estaba teniendo con su emisor.

No se queda callada, y por tanto no da continuidad a esa forma de comunicarse o a ese comportamiento. Lo corta, aportando una respuesta que rompe la anterior.

¡ REAJUSTADO ¡ Uf, ¡ Lo hemos conseguido !

 

Los consejos del profesional:

  • Fíjate en las palabras que usas.

  • Observa cuáles son, que significado cobran para ti.

  • Presta atención en cómo las usas, con qué tonalidad y a quién van dirigidas.

  • Y al mismo tiempo, pon el broche de oro viendo cómo acompaña tu lenguaje no verbal.

 

PORQUE TU COMUNICACIÓN ES UNA CONSTRUCCIÓN CONSTANTE DE MILLONES DE COSAS, QUE DAN FORMA A TUS RELACIONES Y MANERA DE VER LA VIDA

 

 Artículo redactado por Nuria Embid Marco, Trabajadora Social nº 2600, en marzo de 2017

 

 

Da tu opinión

*

captcha *