Recuerdo los años de colegio, por estas fechas, llegaban las notas del segundo trimestre, y parecía que solo importaban las calificaciones de las asignaturas que se consideraban “vitales”: Matemáticas, Lenguaje, Biología…

El resto eran secundarias y parece que no tenían importancia, las que se llamaban negativamente las “asignaturas María” como podían ser Música, Plástica, Educación Física, filosofía… se les veía como asignaturas de menor valor.

«Las Tres Marías» (La Virgen María, María la de Betania y María Magdalena) fue la expresión que se popularizó durante la época del franquismo para las tres áreas obligatorias en todas las carreras que se superaban con facilidad: Educación Física, Religión y Política. La «poca consideración» que se tuvo con las mujeres del Nuevo Testamento pretendía reflejar el valor que se les daba a dichas asignatura (cuando, en realidad, la importancia de «las Marías» es mayúscula).

Desde entonces, una asignatura María es aquella que se aprueba sin esfuerzo, que carece de importancia.

Resulta curioso que lo que aprendíamos y se nos inculcaba con esas asignaturas es lo que nos está salvando a día de hoy.

En la situación en la que nos encontramos actualmente de confinamiento obligado, nuestro deber es quedarnos en casa e intentar superar esta situación lo mejor posible, excepto las personas que tienen que ir a trabajar presencialmente por primera necesidad, que nos consta que son muchas.

Para quienes nos quedamos en casa, probablemente nos demos cuenta de que a lo que más recurrimos en estos momentos para distraernos es a actividades que se nos enseñaba en estas asignaturas.

Múltiples estudios indican que estas actividades en las que hacemos uso de la creatividad nos aportan grandes beneficios, tanto en personas adultas como en población infanto-juvenil, por lo que sería muy positivo utilizarlas con los/as más peques de la casa.

Estos beneficios se producen a nivel de mejora en las habilidades cognitivas y memoria. Asimismo, reducen la impulsividad y mejoran el comportamiento.

Tienen beneficios positivos en nuestra vida, es una forma efectiva para disminuir los niveles de estrés, y tener más claridad mental, lo qué es imprescindible en estos días en los que nos pueden surgir episodios de ansiedad.

El arte fomenta el pensamiento divergente, crítico y subjetivo frente al lógico o único actual. Promueve una pedagogía “sexy”, que motiva hacia la curiosidad, el asombro e incluso el placer… Lo que la sociedad hace hoy es matar esas ganas por descubrir.

Y el confinamiento, alejándonos del ritmo maratoniano, nos devuelve pinceladas de lo realmente importante y por supuesto natural.

Sí, como lo oyes, somos de naturaleza pensante. Somos pensadores y pensadoras, que debemos crear para poder trabajar nuestro pensamiento.

 Y todo esto, tiene que ver con la neuroemoción, porque no hay aprendizaje sin emoción, como ya nos decía Rescorla con su teorema donde incluía la sorpresa como el ingrediente perfecto para generar aprendizaje.

Así pues: bailad, escuchad música, relajaos a través del movimiento, haced manualidades, pintad, dibujad, filosofar… podéis buscar la manera que más os guste y os sirva para distraeros y relajaros.

Siempre desde una coherencia, sin autoexplotación, porque recordad que nuestra mente está en cuarentena, como os contábamos en este artículo. Y no debemos estar en constante exigencia de “hacer, hacer, hacer…” con carácter de obligatoriedad.

Y si necesitáis ayuda para hacerlo o para encontrar el modo que os sea más adecuado, seguimos aquí y podemos ayudaros.

En consulta fomentamos todo este movimiento de “pensamiento a través del arte” y también en nuestros grupos terapéuticos como: mujeres, adolescentes o nuestra actividad extraescolar. ¡¡Y todo sigue online, os atendemos en vuestra propia casa!!

¿Te animas?

Artículo redactado por Andrea Tena, psicóloga de Espacio Ítaca, con número de colegiada A-3082, en abril de 2020

En este enlace puedes encontrar todos los artículos y noticias que publiquemos sobre esta situación excepcional de cuarentena.

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